LA BRECHA
Bienvenido a mi blog. En este espacio conocerás la forma en que podrás accionar paso a paso y lograr metas altas, así que iniciemos la conversación.
Fácilmente puedes identificar que cuando quieres algo y no lo has conseguido, es porque hay una brecha entre dónde estás hoy parado y a dónde quieres llegar; a este recorrido lo llamaremos el camino hacia tu futuro.
Cualquiera que sea tu motivo, para lograr tus metas, ya sea impulsado por el deseo o por la tensión, hay un presente y hay un futuro.
Imagínate un deseo al que has aspirado hace tiempo, de hecho, lo has tenido presente muchas veces. Piensa en un objetivo personal, en alguna habilidad que hayas querido adquirir, un producto que tenías en mente crear, un mercado en el que buscabas incursionar, uno de esos hábitos del que te hayas querido deshacer, algo que ahora sí ibas a hacer, pero no pasó.
Anota tu historia; te pido que relates qué pasó detalle a detalle y que describas qué hace que no estés ahí.
Ya que lo has descrito, es momento de revisar tus notas. Este ejercicio tiene el poder de ser un llamado a tu conciencia.
Te pido que tomes un rol de observador, y para ello, que físicamente des un paso hacia atrás y desde ese lugar mires lo que está escrito en ese papel, sin ser parte de esa historia, sólo mirando lo que dice ahí.
Solo revisas una historia. ¿Qué notas por la forma en que se describe la situación, qué dice la persona, pareciera tener el poder o las circunstancias lo afectan, es parte de la solución o del problema, lo externo lo frenó y tiene una buena excusa o va en camino a lograrlo, tiene muchas explicaciones de por qué no o presenta el cómo sí? ¿A qué conclusiones llegas después de analizar la historia, qué dice esto de ti y tus posibilidades?
EL ROL QUE JUEGAS
Las historias, la forma en que las contamos, iluminan, develan el rol que estamos desempeñando.
Hay dos roles que jugamos en la vida, muchas veces de manera inconsciente; la buena noticia es que, a partir de hoy, podrás identificarlos y jugar a ganar de forma consciente.
El papel de la víctima lo hemos jugado todos en la vida en algún momento, posiblemente en muchos, tal vez lo sigamos haciendo, si es que nos describimos como víctimas de la vida y sus circunstancias.
Una falta de logro por no tener el tiempo, atascado una y otra vez por culpa de otros, no haber completado una meta o aspiración, “era muy complejo”, “a pesar de los esfuerzos, no he logrado un hábito y una práctica constante”, “he sido intermitente por tener otras prioridades”, tratando sin conseguir, con ese deseo que nunca pasó a la acción porque no era su momento… ¿Te suena?
Todos son ejemplos de que probablemente estés en el lugar equivocado, en el rol de la víctima. Ese lugar genera respuestas tranquilizadoras ante los bloqueos que encontramos.
Créeme, no quieres estar en ese rol…Desde ese lugar sólo consigues temporalmente la empatía de otros, experimentar tristeza y desencanto, justificar (que de nada sirve) lo que no lograste, que te compadezcan, quitarte del lugar en donde están tus recursos para salir adelante, ¿por qué alguien en su sano juicio querría estar ahí?
El otro rol es el del protagonista. ¿Notas la diferencia entre pilotear tu propio Ferrari y ser el copiloto, entre correr un maratón o verlo desde el televisor, entre hacerte cargo o justificar el por qué no lo hiciste?
En la vida hay dos cosas, dice el refrán: razones y resultados, y las razones no cuentan. El lugar del protagonista, es generativo, brindando respuestas ante los bloqueos.
Recobrar el poder y ser protagonista te da la fuerza y el compromiso de resolver; se requiere de respons-habilidad, para intervenir en lo que SÍ te importa.
No es lo mismo justificar que no entregaste a tiempo porque otros no lo hicieron y eso te afecta (víctima), que ver
cómo trabajas para que otros tengan lo que requieres para cumplir (protagonista). No es igual echarle la culpa al proveedor por la demora en el pedido (víctima), que conversar con el proveedor para ver la forma de ser parte de la solución (protagonista).
Y tú, de qué lado juegas?
